Relación entre autovaloración de consumo de internet y puntuación de adicción a internet en una muestra universitaria

Relationship between consumer self-assessment of internet and scoring of addiction to the internet in a university sample

 

Antonio Matas Terrón
Universidad de Málaga
amatas@uma.es

Ligia Isabel Estrada Vidal
Universidad de Málaga
ligia@uma.es

 

Resumen

Con la generalización del acceso a internet se han observado algunos casos de un uso desmedido del mismo. En general, la realización de cualquier actividad de forma excesiva puede derivar en una adicción, afectando gravemente a la vida cotidiana de las personas. El objetivo de esta investigación es analizar la relación entre el nivel de riesgo estimado por el test de Young, con la autopercepción de inferencia del uso de Internet en la vida cotidiana en una muestra universitaria.
Participaron 323 alumnos de la titulación de Pedagogía dela Universidad de Málaga (España). Se analizó la correlación entre la puntuación del alumnado en el test con la contestación que dieron a dos ítems sobre autopercepción de interferencia del uso de internet. Los resultados mostraron una alta relación entre la autopercepción y las puntuaciones del test.
Palabras clave: Test de Adicción de Internet, autopercepción de adicción de internet, adicción a internet, correlación, PSPP.
Abstract
With the spread of internet access there have been some cases of excessive use of it. In general, the performance of any excessive activity can lead to an addiction, seriously affecting people's daily life. The objective of this research is to analyze the relationship between the level of risk estimated Young's test, with the self-perception of Internet use inference in everyday life in a college sample.
323 students participated in the degree of Pedagogy of Universidad de Málaga (Spain). We analyzed the correlation between the scores of students in the test with the answer given to two items on self-perception of interference internet use. The results showed a high correlation between self-perception and test scores.
Key words: Internet Addiction Test, self-rated Internet addiction, Internet addiction, correlation, PSPP.
Fecha recepción: Octubre  2011      Fecha aceptación: Noviembre 2011


Introducción

La adicción a internet es un fenómeno relativamente reciente que ha aparecido en los países desarrollados en las últimas décadas. Su aparición ha coincidido con la generalización del acceso a internet por parte de la ciudadanía.

Aunque no existe una definición unánime en la comunidad científica sobre qué se entiende por adicción a internet, ésta podría definirse como la utilización de los servicios que ofrece internet hasta el punto de que la persona experimenta consecuencias disfuncionales en aspectos sociales, psicológicos o fisiológicos. Dentro de este concepto, hay que destacar la idea de pérdida de control que experimenta la persona, sobre la conducta adictiva (Echeburúa y De Corral, 2010). Por tanto, la adicción a internet implicaría la incapacidad de la persona por evitar la conexión excesiva a internet en aquellos momentos en que no tienen obligación para estar conectados, es decir, al margen de las tareas de trabajo o académicas que exijan usar internet.

Hasta este momento, la adicción a internet no tiene consideración de patología o disfunción psicológica por parte de organismos de referencia, como la Asociación Americana de Psiquiatría o la  Organización Mundial de la Salud. No obstante, hace tiempo que distintos investigadores apuntan la existencia de síntomas y efectos que justifican hablar de una disfunción psicosocial por el uso de internet. Entre estos efectos estaría la alteración del sueño, del estado de ánimo, sentimiento de culpa, y sobre todo, la interferencia negativa en la vida social (Young, 1996; Davis, 2001; Estallo, 2001; Widyanto y McMurran, 2004).

Para evaluar la adicción a internet se han desarrollado diversos instrumentos en distintos soportes. Entre ellos se encuentra el test de Adicción a Internet de Young (1998). Se trata de un inventario de 20 ítems con una escala de respuesta tipo Likert de 5 opciones. La autora de la prueba estableció ocho criterios diagnósticos inspirados en las adicciones a sustancias: privación de sueño por estar conectado, no atender actividades importantes, recibir quejas de alguien cercano, pensar continuamente en internet, intentar reducir el tiempo de conexión sin conseguirlo, mentir sobre el tiempo de conexión, aislarse socialmente, y sentirse eufórico o animado de forma anómala al estar conectado. A pesar de ser un instrumento bastante presente en la literatura consultada, ha recibido algunas críticas en cuanto a sus características psicométricas, tanto en aspectos de consistencia como en aspectos vinculados a su validez concurrente y validez estructural (Widyanto y McMurran, 2004; Huang, Qian, Zhong y Tao, 2007). Es posible también recurrir a instrumentos en línea, como la Online Cognitive Scale de Davis, Flett y Besser (2002). Es una prueba implementada como aplicación web, que se presenta con una escala tipo Likert de 36 ítems y 7 opciones de respuesta. Para estos autores, un criterio básico de diagnóstico de adicción es la sustitución del entorno social por el entorno virtual de la red. Otros instrumentos son el Internet Stress Survey de Orma (1996), la Pathological Internet Use Scale de Morahan-Martin y Schumacher (2000) o la escala PRI de De Gracia, Vigo, Fernández y Marco (2002).

Algunos de los estudios revisados en la literatura han reportado que parte de las personas encuestadas afirmaban experimentar pérdida de control ante internet, o bien haber sido advertidos por personas cercanas sobre dicha pérdida de control, aumento del tiempo de conexión de forma excesiva, etc. (Egger y Rautenberg, 1996; Muñoz-Rivas, Fernández, Gámez-Guadix, 2010). A partir de estos resultados se podría sospechar que las personas que sufren situaciones de adicción a internet son conscientes de ello, y que por tanto, una pregunta directa, junto con una respuesta sincera, podría dejarlo patente.

En virtud de lo expuesto, esta investigación se propuso como objetivo analizar la posible relación entre las puntuaciones de adicción a internet obtenidas a través de un instrumentos como el Test de Adicción a Internet (TAI) de Young (opus cit.) y los datos procedentes de dos ítems, uno de ellos que pregunta sobre la autopercepción de tener problemas de adicción a internet, y otro sobre haber recibido advertencias por parte del entorno social cercano. Se planteó como hipótesis inicial de investigación que existía una relación significativa entre las puntuaciones obtenidas en el TAI y los dos ítems indicados, en una muestra de estudiantes de Pedagogía de la Universidad de Málaga (España).

Método
La muestra estuvo compuesta por 323 alumnos de la titulación y grado de Pedagogía de la Universidad de Málaga. Se administró un cuestionario que incluía preguntas sociodemográficas básicas (edad, sexo y número de personas que conviven en la residencia habitual), preguntas sobre hábitos de conexión (horas diarias, lugar de conexión habitual y equipos informáticos habituales), los ítems del test TAI, así como un ítem dicotómico sobre apreciación de interferencia de internet en la vida cotidiana y otro sobre advertencias recibidas por el entorno cercano (anexo I).

Como se ha indicado anteriormente, el test de Adicción a Internet (TAI) de Young (1998) está compuesto por 20 ítems que se responden según una escala tipo Likert de cinco puntos. Los ítems cubren distintos aspectos de la vida cotidiana que pueden verse afectados por el uso de internet. La autora sugiere que una puntuación de 20 a 39 puntos indicaría que la persona tiene pleno control sobre el uso de internet. Una puntuación entre 40 a 69 puntos indicaría una situación de posibles problemas con el uso de internet. Se trataría de una zona de riesgo para la persona de caer en la dependencia a internet. Por último, una puntuación superior a 70 puntos indicaría que la persona tiene claros problemas con el uso de internet. Al margen de la arquitectura teórica de ocho dimensiones que articuló la construcción del test (Young, opus cit.) Widyanto y McMurran (opus cit.) encontraron una estructura de seis dimensiones: la sapiencia de pensamientos vinculados con estar conectados a internet (factor 1), uso excesivo (factor 2), negligencia en el trabajo (factor 3), “anticiparse” a conectarse a internet o consultar el correo antes de hacer otras cosas (factor 4), falta de control (factor 5) e interferencias en la vida social (factor 6) (anexo I).

En el análisis de los datos se calcularon las puntuaciones directas de los encuestados al test TAI. Igualmente se interpretaron dichas puntuaciones, asignando cada persona a una categoría (sin problemas, riesgo y adicción). Posteriormente se correlacionaron las puntuaciones del test con las respuestas de los ítems de autoapreciación de adicción a internet. Para estos análisis se utilizó el programa PSPP Ver., 0.78 (Plaff, Darrington, Stover, y Hakan, 2011).

Resultados
La muestra participante estuvo finalmente compuesta por un 77.37% de mujeres y un 22.33% de hombres, con una edad media de 22.33 años, situándose el mínimo en los 17 años y el máximo en los 55 años. El 26% de los encuestados compartían vivienda con menos de 3 personas, mientras que el 69.72% de los participantes residían con 3, 4 o 5 personas más. Solamente el 4.20% residen con más de 5 personas de forma habitual.

Algo más de la mitad de los encuestados estaban conectados a internet menos de 2 horas (51.38%). En segundo lugar, un 37.61% de la muestra afirmaban conectarse entre 2 y 5 horas y solamente el 7.34% dice estar conectado más de 5 horas diarias a internet. El lugar predominante para conectarse era la residencia habitual (97.25%) compaginándola con el acceso en el centro universitario en un segundo lugar (37%).

La mayoría de los encuestados utilizaban computadoras de sobremesa (77.33%) y laptop (46.74%) para conectarse de forma habitual a internet. Destacó también que el 35.29% utilizaban smartphone para estar conectado.

 

La puntuación directa media de los encuestados en el test TAI fue de 37.35 puntos, con una desviación típica de 10.40 puntos, situándose el rango entre los 20 y los 79 puntos de los 100 puntos  máximos posibles. La clasificación de las puntuaciones según las indicaciones de interpretación del test, mostró que el 1.35% de la muestra podría considerarse adicta a internet, frente a un 35.17% que estaría en zona de intermedia y la mayoría (el 63.30% de los participantes) que no presentó ningún tipo de problema de falta de control.

Respecto a los 6 factores subyacentes al cuestionario según Widyanto y McMurran (opus cit.) se observaron los resultados medios indicados en la tabla 1.

Tabla 1. Valores descriptivos de las puntuaciones directas en los componentes TAI

Factor

Media

d.t.

C.V. %

Min. (min)

Max. (max)

1 (saliencia)

7.73

2.78

35.9%

5 (5)

20 (25)

2 (uso)

10.08

3.16

31.3%

5 (5)

22 (25)

3 (trabajo)

5.64

1.88

33.3%

3 (3)

12 (15)

4 (anticipación)

4.97

1.49

29.9%

2 (2)

9 (10)

5 (control)

5.95

2.57

43.2%

3 (3)

14 (15)

6 (social)

3.40

1.13

33.2%

2 (2)

8 (10)

(Entre paréntesis se han indicado las puntuaciones mínimas y máximas posibles)

Ante el ítem “¿Consideras que el uso que haces de internet interfiere en tu vida cotidiana?” el 28.35% respondió afirmativamente. Igualmente, el 15.27% de los encuestados también indicó que su entorno social le había advertido sobre el uso exagerado de la tecnología (e.g. “¿Te ha dicho alguien de tu entorno que tienes un problema con la tecnología porque parece que puedes vivir sin ella?”). El coeficiente de contingencia entre ambos ítems fue de 0.233 (Chi-cuadrado= 17.39; g.l.= 1; p< .0001).

La relación entre los valores obtenidos en el test TAI y el ítem de apreciación personal obtuvo un coeficiente de contingencia de 0.385 (Chi-cuadrado= 55.964; g.l.= 2; p< .0001), mientras que el coeficiente de contingencia (CC) con el  ítem de advertencias por parte del entorno fue de 0.272 (Chi-cuadrado=25.756; g.l.: 2; p<.0001).
Se analizaron las relaciones entre los componentes del test TAI con los ítems de apreciación y advertencias (los resultados se muestran en la tabla 2). No se encontraron diferencias significativas entre las características sociodemográficas de la muestra y los hábitos de conexión. Igualmente, no se hallaron diferencias entre dichas características sociodemográficas y la prueba TAI, ni con sus componentes. Por el contrario, se encontraron diferencias significativas entre los componentes del TAI y las variables de apreciación y advertencias (ver anexo II).

Tabla 2. Relación componentes del TAI e ítems de apreciación y advertencia

Variable

Factor

C.C.

Chi-cuad

g.l.

Sig.

Media SI

Media NO

Apreciación

1

.37

51.65

14

.0001

9.4

7.07

2

.43

69.47

16

.0001

12.37

9.2

3

.38

53.55

9

.0001

6.75

5.14

4

.23

17.92

7

.01

5.34

4.82

5

.40

61.47

10

.0001

7.52

5.29

6

.27

26.06

6

.0001

3.85

3.20

Advertencias

1

.35

44.24

14

.0001

9.44

7.42

2

.41

63.09

16

.0001

12.78

9.58

3

.24

19.91

9

.0001

6.43

5.45

4

.19

11.63

7

.11

5.27

4.92

5

.41

64.62

10

.0001

8.37

5.49

6

.21

15.56

6

.02

3.78

3.31

Conclusiones

La muestra participante está compuesta exclusivamente por jóvenes universitarios, y por tanto pueda decir, con un nivel cultural alto. Esta característica impide una generalización de los resultados a toda la población. No obstante, los resultados obtenidos pueden considerarse como una buena orientación de lo que ocurre en el grupo social que más se está viendo influido por los recursos de internet, que son los jóvenes. Destaca en este segmento de la población española, que el acceso a internet se realiza desde computadoras y desde sus residencias habituales. Hay que hacer notar la gran práctica ausencia de las tablets, utilizadas solamente de manera marginal. Con relación al tiempo de conexión, ha de valorarse como un tiempo medio, coincidente con los datos obtenidos por estudios recientes (Muñoz-Rivas, Fernández, Gámez-Guadix, 2010). Lo mismo sucede con el lugar de conexión, donde la residencia habitual se convierte en el sitio de conexión preferente, un espacio que puede considerarse a priori como seguro, cómodo y sin interrupciones frecuentes.

Cuando en las investigaciones consultadas en la literatura se recoge información sobre el tiempo de conexión, surge la idea de que en la actualidad los estudiantes y gran parte de sectores laborales están obligados a estar conectados a internet para desarrollar su labor. Por tal motivo, debería desvincularse el tiempo de conexión voluntaria (para el ocio por ejemplo) del tiempo de dedicación obligatoria por cuestiones de trabajo o de estudios. En este sentido, la adicción a internet tiene similitudes con las disfunciones alimentarias como la bulimia. En este tipo de comportamiento anómalo vinculado a la alimentación, debe tenerse en cuenta que la persona no puede dejar de ingerir alimentos. Por tal motivo, el diagnóstico y la intervención terapéutica, distinguen entre una alimentación correcta de una alimentación anómala. De la misma forma, el uso de internet debería diferenciar:

Respecto a las puntuaciones obtenidas en el test TAI, se observa que el grupo de la muestra presenta niveles bajos de adicción, con una puntuación baja-media. No obstante, destaca un número considerable de personas de la muestra que se encuentra en zona de riesgo. Al mismo tiempo, el porcentaje de personas que considera que tiene algún problema es bajo-medio (un tercio de la muestra) situación coherente con el nivel obtenido en el test. El mismo patrón de tendencia se presenta con relación a los componentes del TAI.  Todos los factores (uso, negligencia, anticipación, falta de control y social) presentan niveles medios, excepto en el primero (saliencia) donde se observan niveles bajos. Las relaciones entre el test y la percepción de problemas es significativa.

Estas relaciones se trasladan a los componentes, de forma que los factores que más se relacionan con la pregunta de autopercepción de riesgo y la pregunta de advertencias por parte del entorno, son el factor uso (factor 2) y el factor de falta de control (factor 5). Por su parte, destaca la baja relación con los aspectos sociales (factor 6) lo que contradice la propuesta de Davis, Flett y Besser (2002) de que un criterio básico diagnóstico es la sustitución del espacio social por el espacio virtual. No obstante, hay que matizar que estos autores deben ser interpretados de acuerdo al año de su publicación, años donde las redes sociales (twitter, tuenti, etc.) aún no se habían desarrollado. En la actualidad, la red se ha convertido en otro soporte para el desarrollo social. En este sentido, internet no elimina las relaciones sociales, solamente cambia o incluso amplía, el soporte donde desarrollarlas. Por tal motivo, los ítems sobre interferencia en la vida social podrían quedar obsoletos  para diagnosticar una dependencia a internet en el futuro inmediato.
En resumen, la adicción a internet parece estar en función del uso excesivo y no tanto del tiempo, así como en función de la pérdida de control. En la actualidad no estaría en función de la ausencia de relaciones sociales presenciales (en el espacio físico).

Por otro lado, se ha observado que una pregunta directa a la persona sobre la autoconsideración de tener problemas con internet, se relaciona significativamente con los niveles de adicción según el test TAI. Este resultado es coherente con estudios previos, como los realizados por Egger y Rautenberg (1996). Por tanto, una simple pregunta podría funcionar como un criterio orientativo suficiente para valorar la presencia de adicción. En este sentido, hay que tener en cuenta que las adicciones a sustancias se caracterizan por la negación del adicto a padecerla (Bach y Freixa, 1983) por tanto:

Estas y otras dudas sugieren que en próximas investigaciones debería, entre otras cuestiones, hacer frente a los siguientes objetivos de investigación:

Bibliografía

Bach, L., & Freixa, F. (1983). El Alcoholismo. Publicaciones de Salud y Sanidad. Barcelona: La Gaya Ciencia.
Davis, R. A. (2001). A cognitive – behavioral model of pathological Internet use. Computers in Human Behavior, 77, 187-195.
Davis, R.A., Flett, G.L., & Besser, A, (2002). Validation of a new scale for measuring problematic Internet use: Implications for pre-employment screening. Cyberpsichology & Behavior, 17, 187-195.
De Gracia, M., Vigo, M., Fernández, M.J., & Marco, M. (2002). Problemas conductuales relacionadas con el uso de Internet: un estudio exploratorio. Anales de Psicología, 18, 273-292.