Derecho al agua y calidad de vida

  • María del Rocío García Sánchez Universidad Autonoma de Guerrero
  • Guadalupe Godínez Alarcón Universidad Autonoma de Guerrero
  • Bulfrano Pineda Avonza Universidad Autonoma de Guerrero
  • Joaquín Reyes Añorve Universidad Autonoma de Guerrero

Resumen

Hoy, un tema pendiente en la agenda de los gobiernos de los países del mundo, es la conservación, distribución y consumo del agua. Que deje de ser mercancía para poder determinar el desarrollo de la sociedad, reconocerla y defenderla como derecho humano. Esto, puede resultar el paso más importante hacia el desafío de suministrar a la gente del elemento más esencial de la vida, porque el agua es la base irremplazable de toda forma de vida.    Los procesos de control del agua, como es la privatización, han contemplado los derechos de propiedad del agua, su producción, distribución, recolección y depuración. El desarrollo de las políticas privatizadoras del agua en América Latina apoyadas en medidas del mercado, descartan la calidad de vida, el bienestar y el enfoque de derechos humanos.   Sin duda, la declaración que la Asamblea General de las Naciones Unidas emitió el 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, en la que reconoce oficialmente el derecho humano al agua y al saneamiento, sirvió como precedente para que los Estado reconocieran y aceptaran tener la obligación de garantizar este derecho.   En este sentido, el acceso al agua debe ser considerado como un derecho humano porque está incuestionablemente asociado con la salud, el derecho a una vivienda y una alimentación adecuada. De igual forma, este derecho debe considerarse conjuntamente con otros derechos consagrados en la Carta Internacional de Derechos Humanos, entre los que ocupa un lugar primordial el derecho a la vida y a la dignidad humana.