RIDE. Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo
Inteligencia emocional y riesgo de abandono escolar en Educación Media Superior en el estado de Durango
Dec 31 2024
Resumen
La presente investigación se centra en los estudiantes de nuevo ingreso en los planteles adscritos a la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar en el Estado de Durango, México, que son instituciones en las que se identifican tasas de abandono escolar por encima del promedio estatal (20.23%) en los recientes ciclos escolares. Partiendo de ello, los objetivos principales fueron determinar los niveles de inteligencia emocional y de riesgo de abandono escolar, así como la relación entre ambas variables. Los referentes teóricos se fundamentaron en las aportaciones de Mayer y Salovey para la inteligencia emocional y en el modelo de Hernández y Montes, para el riesgo de abandono escolar. Bajo un enfoque de investigación cuantitativo de alcance correlacional con una muestra de 1,529 sujetos, los principales resultados dejaron ver que los estudiantes tienen un bajo nivel de inteligencia emocional para afrontar su vida académica y un nivel moderado de riesgo de abandono escolar, así como un relación negativa entre las variables. Estos resultados podrían ser utilizados para la generación de estrategias que fortalezcan ambas variables y contribuyan a una dismunición en el abandono escolar.
Introducción
Una de las preocupaciones que se ha mantenido en los últimos años en la mesa de análisis en Educación Media Superior en México es el fenómeno de la deserción o abandono escolar, problema que sin duda se agudizó con el confinamiento provocado por el virus SARS-COV-2 y que a más de un año de volver a la “normalidad”, no se logra contener en las instituciones de este nivel educativo.
Dentro del sistema educativo de México, la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar (DGETAyCM) es una dependencia adscrita a la Subsecretaría de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública que brinda servicios educativos de bachillerato con modalidad bivalente, de carácter integral, social, humanista y con planes de estudio tecnológicos en áreas agropecuarias (CBTa), forestales (CBTf), marítimos (CETMAR) y aguas continentales (CETAC). A ella también pertenecen las Unidades de Capacitación para el Desarrollo Rural (UNCADER), los Centros de Investigación para los Recursos Naturales (CIRENA) y las Brigadas de Educación para el Desarrollo Rural (BEDR), que son instituciones que proporcionan servicios de capacitación a productores en los mismos ámbitos y realizan trabajos de investigación (Gobierno de México, s. f.). Actualmente el subsistema cuenta con 508 planteles en el país, de los cuales 20 operan en el estado de Durango.
Para el desarrollo de esta investigación, se partió del conocimiento de que algunas de las consecuencias del confinamiento ocasionado por el virus SARS-COV-2, son principalmente la afectación de la economía global, los estragos en la salud mental y emocional, y el retraso en la escolaridad de los estudiantes. En este sentido, Martínez (2021) hace referencia a que en México, 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años ya no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 y 2.9 millones no asistieron por falta de dinero o recursos. En el subsistema, estadísticas de la DGETAyCM en el Estado de Durango (tabla 1), dejan ver que durante el ciclo escolar 2019-2020 el porcentaje de deserción o abandono escolar en el estado alcanzó el 15% y para el siguiente ciclo se situó en un máximo histórico de 21.4%.
Para efectos de este estudio, es importante destacar que la población objetivo fueron adolescentes entre 15 y 18 años de edad, es decir, jóvenes que se encuentran en la adolescencia media, etapa que de acuerdo a Rubio (2021) se caracteriza por ser la de máximo conflicto con los padres ya que tienen afán de contradicción, se vuelven más independientes y con personalidad e intereses propios; aunque los padres todavía son muy importantes. Justamente en esta población etaria, el sondeo realizado a nivel internacional por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2020) mostró que la crisis derivada del confinamiento tuvo un importante impacto en la salud mental de los jóvenes de Latinoamérica y el Caribe. Se indicó que el 46% de los jóvenes reportó tener menos motivación para realizar actividades que normalmente disfrutaba y 36% se sentía menos motivada para actividades habituales. En cuanto a la percepción del futuro, 43% de las mujeres y 31% de los hombres participantes se sentían pesimistas frente al futuro. Un dato alarmante es que el 73% había sentido la necesidad de pedir ayuda en relación con su bienestar físico y mental, pero pese a ello, el 40% no lo hizo.
Nuevamente en el ámbito estatal, en los planteles educativos participantes del estudio se realizan actividades apegadas a la implementación del programa ConstruyeT, que busca incidir directamente en la educación integral de los estudiantes del nivel medio superior y de manera indirecta en la prevención de conductas de riesgo de abandono, tales como la violencia, las adicciones o el embarazo no deseado, que pueden truncar su trayectoria educativa (SEP, 2015); sin embargo, no contempla actividades de evaluación ni gestión de las emociones, que podría ser un elemento esencial para la permanencia de los estudiantes.
Lo anterior sugiere una situación crítica relacionada a las altas tasas de deserción, y que es el desconocimiento puntual de la condicion emocional de los estudiantes de este nivel educativo. En relación con esto, Fumero (2019) advierte un vacío en el estado de conocimiento en relación a considerar la inteligencia emocional como un factor determinante para el abandono escolar; situación que se refleja a nivel local, ya que no se localizó investigación alguna en conjunto de estas dos variables de estudio.
Considerando lo anterior, la presente investigacion tuvo como objetivo principal identificar la relación existente entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar en estudiantes de nuevo ingreso a los planteles de la DGETAyCM en el Estado de Durango. De él, se desprendieron tres objetivos específicos:
- Determinar el nivel de inteligencia emocional de la población de estudio.
- Determinar el nivel de riesgo de abandono escolar de la población de estudio.
- Identificar la relación de ambas variables con otras sociodemográficas tales como: sexo, estructura familiar, plantel escolar y zona sociodemográfica.
- Las hipótesis planteadas fueron las siguientes:
- H1: “Existe relación entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar en estudiantes de nuevo ingreso a los planteles de la DGETAyCM en el Estado de Durango”.
- H0: “No existe relación entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar en estudiantes de nuevo ingreso a los planteles de la DGETAyCM en el Estado de Durango”.
Con los resultados, los planteles adscritos a la DGETAyCM del estado podrían diseñar estrategias que apunten a garantizar una sana trayectoria escolar de sus estudiantes, a través de una adecuada gestión de sus emociones. El estudio tiene clara implicación práctica al conocer qué elementos de la inteligencia emocional representan áreas de oportunidad de atención urgente y los factores de riesgo de abandono escolar que competen a las instituciones.
Al proveer datos para contribuir a la disminución del abandono escolar, el impacto social indirecto de la investigación reside en que los estudiantes que permanecen y concluyen su educación media superior, deben contar con los conocimientos, habilidades y valores necesarios para insertarse en la educación superior, nivel que los faculta para ejercer profesionalmente de manera calificada contribuyendo entonces, al aumento de la competitividad del país.
En otro sentido, un individuo que permanece dentro de la institución educativa, cuenta con mayores herramientas para no ser presa de los problemas sociales del país, tales como la delincuencia, violencia o drogadicción, pues en los centros escolares además de la función académica, se tienen medios de formación integral como el acceso y práctica de la cultura y el deporte, por mencionar algunos.
Aun así, quienes por necesidad deben insertarse al medio laboral al concluir su educación media, son más aptos y con mejores ingresos económicos que quienes abandonaron sus estudios.
Antecedentes empíricos y fundamento teórico
Al analizar la inteligencia emocional en relación a distintas variables de interés para este estudio, se encontró que respecto al sexo no se tiene consenso sobre los resultados encontrados, ya que Bar-On y Parker (2000, como se citó en Bermejo et al., 2018), Goleman (2018) y Medina (2020), reportaron que la inteligencia emocional no está influenciada ni definida por el sexo; pero en sentido opuesto, Saucedo et al. (2019) concluyeron que la atención de las emociones es muy diferente entre hombres y mujeres; y Brizendine (2023) señaló diferencias cerebrales entre hombres y mujeres, incluyendo aspectos relacionados con las emociones y la comunicación emocional.
Taramuel y Zapata (2017), analizaron la inteligencia emocional y la influencia del sexo en estudiantes universitarios, dejando ver que las mujeres tienen una percepción adecuada de las emociones, hombres y mujeres tienen excelente comprension de los sentimientos, y las mujeres superan a los hombres en la regulación.
En lo que conicerne al abandono escolar, Miranda (2018) explicó la tendencia de las políticas públicas para atender factores de riesgo principalmente de tipo socioeconómicos, pero ignora aspectos fundamentales como el ambiente y la integración escolar. Por ello, propuso algunas recomendaciones para fortalecer la política pública en el ámbito educativo que reconocen la heterogeneidad de las causas del abandono. De Vries y Grijalva (2021) coinciden con Miranda (2018), pero encontraron que las motivaciones de los jóvenes no son principalmente de índole académica, sino de tipo social y este aspecto de la cultura juvenil resulta a menudo incompatible con la organización escolar, causando reprobación y abandono.
Respecto a lo anterior, se puede mencionar que en México actualmente se cuenta con la beca Universal para el Bienestar Benito Juárez de Educación Media Superior, que es un apoyo que beneficia a todo estudiante que cursa este nivel educativo. El Gobierno de México (2022) asegura que este beneficio contribuye a que los jóvenes que cursan el bachillerato o profesional técnico bachiller en alguna escuela pública en modalidad escolarizada o mixta, puedan continuar y concluir sus estudios. Paradójicamente, existe evidencia de que el fenómeno de abandono escolar pese a estos esfuerzos persiste, y es por ello que Guzmán y Moctezuma (2023) explican que México tiene un gran reto para garantizar este importante derecho de acceso a la educación media superior, aportando en el estudio una interpretación multifactorial entre el abandono, el clima escolar y quizá otros elementos que subyacen en el individuo y el tejido social.
En lo concerniente a la relación entre ambas variables, Ibarrondo (2024) señaló que uno de los principales problemas relacionados con el abandono, es el ausentismo debido a dificultades emocionales y que no son atendidas por la estructura escolar. Hernández y Alcaraz (2018) refirieron que en la revisión de estudios precedentes del fenómeno de abandono escolar relacionados con aspectos emocionales, el 41.5% ratifican la existencia de una tendencia mayor de los hombres a abandonar los estudios, situación similar a la encontrada por Suberviola (2024).
En otro orden de ideas relacionadas con el sentido teórico de esta investigación, la inteligencia emocional se abordó desde la perspectiva de Mayer y Salovey (2007, p. 23) para quienes:
Es la habilidad para percibir, valorar y expresar la emoción adecuadamente y adaptativamente; la habilidad para comprender la emoción y el conocimiento emocional; la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten las actividades cognitivas y la acción adaptativa; y la habilidad para regular las emociones en uno mismo y en otros.
Goleman (2018) por su parte, considera que la inteligencia emocional es conocerse a uno mismo, la conciencia de las propias emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones; mientras que Fernández-Berrocal et al. (2004, p. 2), conceptualizan las dimensiones de la inteligencia emocional de la siguiente manera:
- Atención-percepción: ser capaz de atender a los sentimientos de forma adecuada.
- Claridad-comprensión: comprender bien los propios estados emocionales.
- Reparación-regulación: ser capaz de regular los estados emocionales de forma adecuada.
Para el abandono escolar se revisaron las aportaciones de Van Dijk (2012), quien lo define desde la subjetividad de los actores y le brinda una connotación más emotiva. Señala que comprender el fenómeno desde esta perspectiva permite considerar que el sistema escolar expulsa, consciente o inconscientemente a los alumnos que no "caben en él". Habla entonces de que cuando el sujeto no puede aprender a los ritmos establecidos, tiene dificultad para quedarse quieto muchas horas, no cumple con las expectativas del maestro o con los reglamentos unilateralmente establecidos por la escuela, se aburre y pierde el interés por adquirir conocimientos que no le son significativos; regularmente empieza a tener problemas de aceptación, discriminación, abandono, exclusión, tanto de maestros y directivos de las instituciones, como de sus compañeros.
Además, se tomó el modelo predictivo diseñado por Hernández y Montes (2020), quienes consideran que con el establecimiento de mecanismos para mejorar o incrementar las habilidades de planificación del estudio, toma de apuntes y autoeficacia para el aprendizaje, se estaría en la posibilidad de reducir en cierta medida el riesgo de abandono. El modelo calcula, mediante una función logística, la probabilidad de que un estudiante deserte.
Materiales y Métodos
El estudio se desarrolló bajo las directices del enfoque cuantitativo de investigación, ya que “utilizó la recolección de datos para probar hipótesis con base en la medición numérica y el análisis estadístico, con el fin de establecer pautas de comportamiento y probar teorías” (Hernández et al., 2014, p. 4). Se realizó bajo un diseño no experimental y transversal, ya que no existió intervención ni manipulación deliberada de variables, solo se obervó el fenómeno en su ambiente natural para analizarlo y se recogió información en un momento único.
La técnica para la recuperación de información fue la encuesta, que “es una técnica cuantitativa que permite obtener información esencial de las personas inmersas en el proceso de la investigación” (Castillo y Reyes, 2015, p. 128). Previo consentimiento de las instituciones, los instrumentos se administraron mediante un formulario de Google a través de los grupos de WhatsApp de las actividades de tutoría a jovenes de nuevo ingreso, haciendo hincapié en la relevancia de su completa respuesta; para posteriormente, procesar los datos en el software SPSS versión 25.
El formulario estuvo conformado por tres secciones. En la primera se recuperó información sobre el sexo, estructura familiar, plantel de estudio y zona demográfica donde reside el informante. La segunda sección recuperó los datos de la variable de inteligencia emocional a través del instrumento TMMS-24 (Fernández-Berrocal et al., 2004) que alcanzó una confiabilidad de .939 en el indicador Alfa de Cronbach. El instrumento se compone de 24 items divididos en tres dimensiones que se responden mediante una escala Likert de cinco puntos: nada de acuerdo, algo de acuerdo, bastante de acuerdo, muy de acuerdo y totalmente de acuerdo. Algunos ejemplos de items que constituyen cada una de las dimensiones son:
- Percepción: “presto mucha atención a los sentimientos”, “pienso en mi estado de ánimo constantemente” y “normalmente me preocupo mucho por lo que siento”.
- Comprensión: “tengo claros mis sentimientos”, “siempre puedo decir como me siento” y “puedo llegar a comprender mis sentimientos”.
- Regulación: “aunque me sienta mal, procuro pensar en cosas agradables”, “intento tener pensamientos positivos aunque me sienta mal” y “cuando estoy enfadado intento cambiar mi estado de ánimo”.
Para la valoración de las puntuaciones alcanzadas por los sujetos, se siguió la escala definida por Fernández-Berrocal et al. (2004, p. 3), tal como se muestra en la tabla 2.
En la tercera sección se incluyó el instrumento para la medición del riesgo de abandono escolar mediante el cuestionario resultado del modelo diseñado por Hernández y Montes (2020), que mostró una confiabilidad de .880 en el indicador Alfa de Cronbach, consta de 16 ítems divididos en tres dimensiones: planificación del estudio, toma de apuntes y autoeficacia para el aprendizaje, y se responden mediante una escala Likert de siete valores, desde “no me describe en absoluto” hasta “me describe totalmente”. Algunos ejemplos de ítems de cada una de las dimensiones son:
- Planificación del estudio: “acostumbro planificar el tiempo que voy a dedicar al estudio”, “termino los trabajos a tiempo” y “cuando estudio, tengo todo el material que voy a usar a la mano”.
- Toma de apuntes: “tomo apuntes en clase”, “cumplo con mis compromisos académicos” y “sigo las explicaciones del profesor en clase sin problema”.
- Autoeficacia para el aprendizaje: “creo que recibiré una excelente calificación en los cursos”, “estoy seguro(a) de que puedo entender las lecturas más difíciles de los cursos”, y “confío en que puedo aprender los conceptos básicos en los cursos”.
Los participantes en el estudio sumaron 1,529 jovenes de un total de 3,376 que ingresaron a la educación media superior en el periodo de agosto a diciembre de 2023, estratificados por institución según se muestra en la tabla 3.
Resultados
De los 1,529 participantes, 812 (53.1%) fueron mujeres y 717 (46.9%) hombres; 1,031 estudiantes (67.4%) mantiene una estructura familiar tradicional (viven con su madre, padre y hermanos), pero se identificaron tambien familias monoparentales: 270 jóvenes (17.7%) viven solo con su madre y hermanos, 30 jóvenes (2%) viven solo con su padre y sus hermanos, 134 (8.8%) viven con su madre y sus abuelos, y 64(4.2%) viven con otras personas, tales como tíos, pareja, etc. Se identificó que 898 (58.7%) de los participantes refieren proceder del medio rural, 368 (24.1%) de zonas urbanas y 263 (17.2%) de zonas semi urbanas.
La prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov permitió visualizar que las dimensiones y el resultado general de ambas variables siguieron una distribución no normal (todas con una significación asintótica bilateral de .000) por lo que se realizaron análisis estadísticos no paramétricos.
En cuanto a la inteligencia emocional (tabla 4) se tiene que para la dimensión “percepción” la moda alcanzó valores de 20 y 16 puntos para mujeres y hombres respectivamente, ambos ubicados en el nivel más bajo de valoración. Para la dimensión “comprensión” (claridad), la moda tanto de las mujeres como de los hombres se ubicó en 16 puntos, que los posiciona también en el nivel más bajo. Por último, la dimensión “regulación” obtuvo 16 puntos en el caso de las mujeres, mientras que alcanzó 22 puntos para los hombres, quedando ambos en el nivel más bajo de valoración. De lo anterior, se reconoce la necesidad de presentar más atención a sus emociones, mejorar su comprensión y regulación tanto para hombres como para mujeres.
De manera global, la variable inteligencia emocional obtuvo valores de 19 puntos en las mujeres y 24 en los hombres, por lo que puede decirse que los estudiantes adolecen de habilidades emocionales para afrontar la vida académica en este nivel educativo, lo que puede atribuirse al efecto que tuvo el confinamiento derivado de la pandemia ocasionada por el virus SARS-COV-2, tema que sin duda muestra urgencia de ser atendido.
El analisis de la variable de riesgo de abandono escolar permitió identificar que 70 (4.5%) de los participantes presentaron riesgo de abandono alto y 1,459 (95.5%) presenta riesgo de abandono moderado. En cuanto al análisis dimensional (tabla 5), los estudiantes tienen buen nivel de planificación y toma de apuntes con moda de 4 y 3 puntos respectivamente, mientras que en la dimensión de autoeficacia para el aprendizaje se mantienen en un nivel medio bajo con moda de 2.75 puntos. El valor general para la variable se ubicó en 0.07 y considerando el criterio derivado del modelo de Hernández y Montes (2020), “si el resultado es menor a 0.5 significa que el estudiante se pronosticaría con un nivel de riesgo de abandono moderado, en caso contrario, se consideraría con un riesgo de abandono alto”; es que puede concluirse que el común de jovenes de los planteles que participan en el estudio, tienen riesgo moderado de abandono escolar.
Al interior de esta variable, se identificaron algunas prácticas académicas interesantes:
- En la dimensión planificación del estudio puede señalarse como una importante área de oportunidad el resultado del ítem: “el sueño y el cansancio no me inpiden estudiar” ya que presentó una moda de cero. El resto de los items de la dimensión presentaron moda de 1, que representan fortalezas académicas en los estudiantes; ellos planifican su tiempo para estudiar, terminan los trabajos a tiempo y acostumbran tener los materiales disponibles cuando van a estudiar.
- La dimensión toma de apuntes representa una fortaleza en los estudiantes puesto que los valores para la moda fueron de 1, por lo que puede sostenerse que toman apuntes en clase, cumplen con sus compromisos académicos y siguen sin problema las explicaciones de los profesores en clase.
- En la dimensión autoeficacia para el aprendizaje, se identificó el ítem “confío en que puedo entender el material más complejo presentado por los profesores” con moda de 2, y el ítem “confío en que puedo aprender los conceptos básicos enseñados en el plantel” con moda de 3; ambos representan las áreas de oportunidad para esta dimensión. En sentido opuesto, se identificaron los ítems “si quiero, puedo conseguir las mejores calificaciones y superar a mis compañeros” con moda de 7, y “Confío en que puedo hacer un excelente trabajo respecto a las tareas y exámenes en mi escuela” con moda de 6. Ambos representaron fortalezas.
En suma, esta variable sugiere que los estudiantes sienten que si se lo proponen pueden lograr resultados satisfactorios, pero admiten que el sueño y cansancio los limita, y por lo otro lado, visualizan algunos contenidos demasiado complejos para ser adquiridos o dominados. La tarea institucional radica en empoderar a los estudiantes para que sientan seguridad en todo momento y que los colegiados docentes diseñen e implementen estrategías didácticas que fortalezcan el aprendizaje significativo así como el sentimiento de logro de los aprendizajes en los estudiantes.
En cuanto al análisis para definir si existieron diferencias significativas entre las variables de estudio y variables sociales y demográficas consideradas, se identificó que el sexo de los estudiantes no mostró diferencia estadísticamente significativa con el riesgo de abandono escolar ni con sus dimensiones, pero sí con las dimensiones de la variable inteligencia emocional (tabla 6), siendo las mujeres quienes tuvieron un mayor rango promedio que los hombres en la dimensión de percepción (821.25 y 701.29, respectivamente); mientras que en las dimensiones de comprensión y regulación, son los hombres quienes registraron mayores rango promedio (791.83 y 741.31; 795.48 y 738.09, respectivamente).
En cuanto a las variables estructura familiar, plantel y zona sociodemográfica, la tabla 7 muestra los resultados de la pruba H de Kruskal Wallis, para la diferencia de grupos respecto a las variables de estudio. La variable estructura familiar solo mostró relación estadísticamente significativa con la dimensión planificación del estudio de la variable riesgo de abandono escolar, y se pudo evidenciar que los alumnos cuya estructura familiar es monoparental con la madre tienen un mayor nivel de planificación del estudio respecto a los demás tipos de estructura familar (rango promedio de 808.11 puntos para la estructura familiar “solo madre”, 768.70 para la estructura “madre y padre”, 732.90 para la estructura “madre y abuelos”; 667.98 para la estructura “otros” y 600.27 para la estructura “solo padre”).
La variable plantel (en que está inscrito el estudiante) mostró una diferencia estadísticamente significativa en relación con la variable riesgo de abandono escolar (global) con una significación de .006 en todas sus dimensiones. La prueba de rangos permitió dar cuenta de que el CBTf 4 mostró el nivel mas bajo en la dimensión de planificación del estudio (597.57 puntos), en tanto que en la dimensión toma de apuntes fue el CBTa 295 el de más bajo rango (578.43 puntos). En la dimensión de autoeficacia para el aprendizaje, el CETAC 7 obtuvo el rango más bajo (511.30 puntos).
En contra parte y respectivamente para las mismas dimensiones, los valores más altos los obtuvieron el CBTa 64, CETAC 8 y CBTa 64 con 921.75, 927.4 y 919.13 puntos. De manera gerenal el plantel con menor riesgo de abandono escolar resultó ser el CBTa 64 (596.61 puntos) y en contra parte, la institución con mayor riesgo fue el CBTf 4 (921.79 puntos).
También se encontró una diferencia significativa estadística del plantel respecto a la inteligencia emocional en las dimensiones de percepción y regulación. Respecto a la primera, el CETAC 08 mostró el nivel más bajo (647.80 puntos), mientras que el CBTa 173 el nivel más alto (924.96 puntos). En cuanto a la dimensión de regulación, en el CBTa 64 se identificó el nivel más bajo (623.41 puntos) y en el CBTa 217 el nivel más alto (861.61 puntos).
Respecto a la variable zona sociodemográfica, se encontró diferencia estadística significativa respecto a las dimensiones toma de apuntes y autoeficacia para el aprendizaje (del riesgo de abandono escolar), siendo los estudiantes que viven en la zona semi urbana quienes cuentan con mayor nivel en la primera dimensión (rango promedio de 782.64, respecto a los 769.79 y 718.16 de las zonas rural y urbana, respectivamente) y los de la zona urbana quienes asumen tener una mayor autoeficacia para el aprendizaje (rango promedio de 801.16, respecto a los 800.49 y 730.06 de las zonas semi urbana y rural, respectivamente). En cuanto a la dimensión percepción de las emociones (de la variable inteligencia emocional), la prueba de rangos dio cuenta de que los alumnos de la zona rural se perciben con mayor nivel respecto a los de las otras zonas (780.78 puntos, respecto a los 751.44 y 713.97 de las zonas semi urbana y urbana, respectivamente).
Finalmente, se identificó una correlacion negativa débil (Hernández et al., 2014, p. 305) estadísticamente significativa entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar (tabla 8), lo cual significa que un estudiante con un alto nivel de inteligencia emocional tiene un menor riesgo de abandono escolar, y viceversa. Con esto, se aceptó la H1: “existe relación entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar en estudiantes de nuevo ingreso a los planteles de la DGETAyCM en el Estado de Durango”.
Entre las dimensiones del riesgo de abandono y el nivel de inteligencia emocional se identifican relaciones estadísticamente significativas y positivas en todos los casos, lo que significa que entre mayor nivel de inteligencia emocional, mayor será el uso de técnicas para la planificación del estudio, de técnicas para la toma de apuntes y su autoeficacia para el aprendizaje; y viceversa. Las relaciones se consideran muy débiles o débiles (Hernández et al., 2014, p. 305), pero finalmente significativas.
De igual manera, las dimensiones de inteligencia emocional mostraron relaciones negativas débiles y muy débiles (Hernández et al., 2014, p. 305) estadísticamente significativas con el riesgo de abandono escolar (tabla 8), esto es, un estudiante con habilidad de percibir sus emociones, de comprenderlas y de regularlas, es un estudiante cuyo riesgo de abandono tiende a dismuir.
Discusión
Los resultados que arrojó el estudio permitieron identificar como se presenta el fenómeno de estudio en el contexto de los planteles adscritos a la DGETAyCM en el Estado de Durango. La evidencia mostró que existe una relación estadísticamente significativa y negativa entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar, lo que se interpreta que un alumno con mayor nivel de inteligencia emocional tiene menor riesgo de abandono escolar, resultado que es coincidente con lo encontrado por Ibarrondo (2024) y que representa una ruta de acceso para favorecer la permanencia escolar y por ende la eficiencia terminal.
En relación al análisis de la variable inteligencia emocional, se identifica que los estudiantes que ingresaron en el ciclo escolar 2022-2023, adolecen de habilidades de inteligencia emocional para afrontar su vida académica en este nivel educativo, resultado coincidente con el sondeo de la UNICEF (2020), que muestra que la crisis derivada de la pandemia ocasionada por el virus SARS-COV-2 tuvo un importante impacto en la salud mental de los jóvenes de Latinoamérica y el Caribe. Ahora bien, el análisis de las diferentes dimensiones de esta variable deja ver que tanto hombres como mujeres necesitan fortalecer sus habilidades para percibir, comprender y regular sus emociones, ya que de no hacerlo se tiene clara relación de un potencial riesgo de abandono escolar.
Por otro lado, en relación con la variable riesgo de abandono escolar, se aprecia que los estudiantes participantes en el estudio mostraron riesgo moderado, y en este tenor Hernández y Montes (2020) consideran que con el establecimiento de mecanismos para mejorar o incrementar las dimensiones contempladas en el modelo de planificación del estudio, toma de apuntes y autoeficacia para el aprendizaje, se estaría en la posibilidad de reducir en cierta medida el riesgo de abandono escolar; así la ruta para el fortalecimiento de estas dimensiones radica en la generación e implementación de estrategias desde diferentes actores del servicio eductivo de este nivel, por ejemplo:
- Aspectos de la dinámica tutorial pueden orientarse a fortalecer la tarea de planificacion de las actividades académicas: partiendo de un horario semanal que señale horarios de clase, horas destinadas a hacer tareas, actividades complementarias como deporte o esparcimiento y el manejo de una agenda semestral que les permita identificar fechas importantes como: examenes, entrega de proyectos, etc.
- Como docentes, promover la integración de apuntes de manera clara, estructurada y sistemática, desde la reflexión y análisis de lo que escribe, quiza incluso desde la premisa “vale más un buen apunte que una mala memoria”.
- Para los responsables de la implementación del Programa Construye T, orientarse a desarrollar actividades durante las sesiones programadas para docentes y/o tutores académicos hacia aquellas que se vinculen con el fortalecimiento de la autoeficacia para el aprendizaje.
Por otro lado, los análisis de correlación con las variables sociodemográficas, permite dar cuenta de que el sexo no se vincula con el riesgo de abandono escolar, diferente a lo referido por Hernández y Alcaraz (2018) y Suberviola (2024), quienes identificaron una tendencia mayor de los hombres para presentar fracaso escolar y abandonar los estudios; sin embargo, se identifica que el sexo sí se vincula con la variable inteligencia emocional, las mujeres perciben y regulan mejor sus emociones; pero los hombres las comprenden mejor.
Lo anterior difiere con Bar-On y Parker (2000, como se citó en Bermejo et al., 2018), Goleman (2018) y Medina (2020), quienes consideran que la inteligencia emocional no esta influenciada ni definida por el sexo; pero son resultados que concuerdan con Brizendine (2023), quien atribuye diferencias en la inteligencia emocional desde una perspectiva biologica del sexo y con Saucedo et al. (2019) quienes identificaron que las mujeres tienen mayor claridad y prestan mayor atención a sus emociones que los hombres y; con Taramuel y Zapata (2017), quienes encontraron que las mujeres tienen una percepción adecuada de las emociones, hombres y mujeres tienen excelente comprension de los sentimientos; y las mujeres superan a los hombres en la regulación.
La variable estructura familiar tiene relación con la dimensión planificación del estudio de la variable riesgo de abandono escolar, en donde los jóvenes provenientes de familias monoparentales con la madre, mostraron significativamente mayor rango para esta dimensión. En este sentido puede evidenciarse el papel de la madre en la alineación de los estudiantes en su vida académica, tal como lo señalaron Díaz y Osuna (2017) al destacar la importancia del apoyo y supervisión en tareas escolares y de las pautas de comunicación; por ello recomiendan que las instituciones escolares implementen estrategias dirigidas a la atención del contexto familiar.
La variable plantel guardó relación con la variable riesgo de abandono escolar y sus dimensiones, por lo que como subsistema es importante apegarse a las estrategias propuestas desde la tarea del tutor académico para fortalecer la planificación del estudio, citando por ejemplo el plantel CBTa 149 en donde esta dimensión es significativamente más baja. En el CBTa 295 es importante que la labor docente promueva la integración de apuntes en un sentido más consciente y reflexivo; y el CETAC 07 debe esforzarse por incrementar actividades que propicien la autoeficacia para el aprendizaje en los estudiantes. La implementación de estas acciones resultan especialmente impostergables en planteles como el CBTa 295 en donde el riesgo de abandono escolar fue significativamente mayor. Por otro lado, hablar de fortalecer las dimensiones de la inteligencia emocional redundará sin duda en una permanencia escolar, especialmente en el CETAC 08 y el CBTa 64 que mostraron el nivel más bajo para la dimensión regulación.
Por ultimo, puede decirse que esta investigación deja ver el papel tan relevante que juega la inteligencia emocional en el logro académico en este nivel educativo donde autores como Sánchez y Fragoso (2018) hacen mención a la importancia del factor emocional de los estudiantes de nivel medio superior, pues es un aspecto significativo para la prevención y el desarrollo en un sistema educativo donde por tradición se toma al desarrollo cognitivo como el más importante y se deja atrás al desarrollo emocional.
Conclusiones
El presente artículo representa un esfuerzo sustancial para abonar al estado del conocimiento del fenómeno del abandono escolar en el Estado de Durango, donde las estadísiticas muestran una situación preocupante para el subsistema de la DGETAyCM desde el punto de vista de los jóvenes que dejan sus estudios y las carencias que presentan en cuanto a inteligencia emocional se refiere.
Es un estudio que logró identificar la vinculación del nivel de riesgo de abandono escolar con el nivel de inteligencia emocional de los adolescentes, por lo que se aceptó la hipótesis de investigación planteada: “existe relación entre el nivel de inteligencia emocional y el nivel de riesgo de abandono escolar en estudiantes de nuevo ingreso a los planteles de la DGETAyCM en el Estado de Durango”. Los estudiantes mostraron un nivel de inteligencia emocional bajo pues señalaron carecer de habilidades que les ayuden a afrontar de manera positiva este nivel educativo y además, muestran un riesgo moderado de abandono escolar.
Por otro lado, el sexo no está vinculado con el riesgo de abandono escolar pero sí con la inteligencia emocional, la estructura familiar está vinculada con el riesgo de abandono escolar, los alumnos provenientes de familias monoparentales con la madre planifican mejor sus estudios; el plantel y la zona sociodemográfica están vinculadas tanto con la inteligencia emocional como con el riesgo de abandono escolar.
El estudio permitió apreciar que se tiene una clara ruta de acceso para contribuir a la reducción del riesgo de abandono escolar, propiciando desde la escuela actividades que fortalezcan en los estudiantes la percepción, comprensión y regulación de las emociones, sin olvidar ni desmerecer el impacto que tiene el estilo de socialización de las emociones que persiste culturalmente en las familias mexicanas, por tanto resulta indispensable hacer partícipes a los padres de familia, tutores y a los nucleos familiares de esta formación en las emociones.
Futuras líneas de investigación
Dados los resultados de esta investigación resultaría interesante una continuidad de los trabajos en relación a estas dos variables considerando a otros agentes dentro de este proceso como padres de familia, docentes y tutores académicos. Tambien podría abordarse en relación con otras variables como la funcionalidad familiar y rendimiento académico. De manera particular podrían generarse estudios que relacionen más de un par de esto aspectos, tales como:
- Inteligencia emocional del estudiante, rendimiento académico y riesgo de abandono.
- Inteligencia emocional del estudiante, involucramiento de los padres en la actividad académica y riesgo de abandono escolar.
- Inteligencia emocional del estudiante, inteligencia emocional del docente y riesgo de abandono escolar.
- Inteligencia emocional del estudiante, apoyo tutorial y riesgo de abandono escolar.
- Inteligencia emocional, funcionalidad familiar y riesgo de abandono escolar
Resumen
Introducción
Antecedentes empíricos y fundamento teórico
Materiales y Métodos
Resultados
Discusión
Conclusiones
Futuras líneas de investigación