RIDE. Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo
La cohesión grupal y el impacto en el rendimiento académico
Dec 31 2024
Resumen
El impacto de la cohesión grupal en el rendimiento académico es crucial para entender cómo las dinámicas sociales dentro de los grupos de estudiantes pueden influir en su éxito académico, lo que podría ayudar a desarrollar intervenciones educativas más efectivas en el futuro. Pregunta de investigación: ¿Qué impacto tiene la cohesión grupal en el rendimiento académico de los estudiantes del nivel Técnico Superior Universitario? Objetivo: Indagar el impacto que tiene la cohesión grupal en el rendimiento académico de los estudiantes. Metodología: Se utilizó un enfoque cuantitativo de alcance correlacional con un diseño cuasiexperimental, por conveniencia, incluyendo estudiantes del tercer cuatrimestre. Se realizaron mediciones antes y después de la intervención para evaluar los cambios en la cohesión grupal y el rendimiento académico, aplicando el test Group Environment Questionnaire, el instrumento de información para conocer el rendimiento académico de los estudiantes, fue la plataforma institucional, LIZARD (matriz), Universidad Tecnológica de Querétaro. Resultados: En el grupo de intervención se encontró correlación positiva de baja a moderada entre la cohesión grupal y el rendimiento académico, aunque no estadísticamente significativa, mientras que en el grupo de control se observó una correlación negativa baja, también no significativa. Conclusiones: Se muestra una mejora significativa en el rendimiento académico del grupo de intervención tras la intervención, aunque con mayor variabilidad entre los estudiantes, mientras que el grupo de control experimentó una disminución significativa en el rendimiento; las correlaciones entre cohesión grupal y rendimiento académico en ambos grupos no fueron estadísticamente significativas.
Introducción
El bajo rendimiento académico es un grave problema nacional que afecta profundamente al sistema educativo. Por un lado, el Estado no logra formar a jóvenes con las habilidades y valores necesarios, mientras que las familias se sienten frustradas porque sus esfuerzos no son suficientes. Más perjudicados son los propios estudiantes, quienes pueden desarrollar una imagen negativa de sí mismos, ser estigmatizados, y ver truncada su formación técnica y profesional. Todo esto impacta negativamente en su desarrollo integral y oportunidades futuras (Flores y Sánchez, 2016).
El rendimiento académico es un concepto clave en educación, ya que refleja el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje a nivel individual, institucional y social (Garbanzo, 2007); se define como la capacidad del estudiante para demostrar sus conocimientos, habilidades y actitudes en las diferentes asignaturas (Touron, 1984); es un constructo multifactorial, influenciado por diversos elementos cognitivos, actitudinales, socio-ambientales, institucionales y pedagógicos (Flores y Sánchez, 2016).
Más allá de los aspectos institucionales y sociales, el rendimiento académico de los estudiantes universitarios está fuertemente moldeado por factores individuales como inteligencia, estrategias de aprendizaje, autoestima y apoyo familiar (Caballero et al., 2007; Garbanzo, 2007 ). Asimismo, se ve influenciado por elementos del contexto institucional y social, como recursos, clima escolar, metodologías de enseñanza y condiciones socioeconómicas (Cano y Casado, 2015).
Según la teoría ecológica de Bronfenbrenner (1979), el desarrollo humano, incluyendo el rendimiento académico, debe abordarse de manera sistémica e integral, considerando la interacción dinámica entre la persona y los diversos ambientes en los que se desenvuelve. Bronfenbrenner enfatiza que el desarrollo y el éxito o fracaso académico no pueden comprenderse sin considerar los diversos factores y niveles de influencia interconectados, desde lo individual hasta lo sociocultural (Bronfenbrenner, 1979).
Lewin (1988) destacó la importancia de la cohesión grupal para el rendimiento del grupo. Describió la cohesión como la fuerza que mantiene unidos a los miembros del grupo hacia un objetivo común, y creía que la cohesión se fortalece cuando un grupo trabaja hacia un objetivo valorado por sus integrantes. Según este autor, los grupos altamente cohesionados son más efectivos en la consecución de sus metas porque los miembros están más comprometidos y motivados para trabajar juntos.
Por su parte Tuckman (1965) desarrolló la teoría de las etapas de desarrollo de grupo, que incluye las etapas de formación, tormenta, normalización, desempeño y disolución. Durante este proceso, los miembros se conocen, establecen normas de funcionamiento, enfrentan desacuerdos y conflictos, y finalmente alcanzan un alto nivel de madurez y efectividad, con miembros trabajando de manera autónoma y coordinada. Tuckman sugirió que la cohesión aumenta a medida que el grupo avanza a través de estas etapas.
El rendimiento académico de los estudiantes no se limita a un solo factor, sino que está influenciado por una compleja interacción de elementos tanto intraescolares como externos, tales como lo social, lo económico, la nutrición, la salud, el entorno familiar, el nivel educativo de la madre y la desigualdad. En las últimas décadas, diversos autores coinciden en que los aspectos biológicos y sociales son de suma importancia para el desempeño estudiantil. A pesar de ello, hay quienes todavía atribuyen el fracaso escolar únicamente a los propios estudiantes, una visión simplista que ignora la complejidad de los factores que inciden en el éxito académico (Flores y Sánchez, 2016).
La cohesión se refiere a la unión de fuerzas, la demostración de afecto, amistad y confianza entre los miembros de un grupo. Esta unión les ayuda a reconocerse y establecer una mayor cercanía entre ellos, y también les proporciona protección y seguridad frente a amenazas externas. Esto permite a las personas de un grupo comprometerse al respeto de las normas y responsabilizarse para lograr las metas. Si un grupo está cohesionado, será más sencillo el convencimiento para la realización de tareas colectivas y el alcance de objetivos compartidos (Pérez, 2017).
La cohesión grupal puede entenderse desde dos perspectivas, según Bollen y Hoyle (1990): la informal, en cuanto al grado de apego emocional e identificación de los miembros con el grupo; y la formal, en relación con la motivación para permanecer dentro del colectivo. Esta conceptualización amplía el constructo tradicional de cohesión, diferenciando la vinculación afectiva de los individuos del compromiso con la permanencia en el grupo.
Diversos estudios han analizado los efectos de la cohesión grupal sobre el desempeño de los grupos y equipos de trabajo. Un meta-análisis realizado por Beal et al. (2003) confirmó que existe una relación positiva moderada entre la cohesión grupal y el desempeño. No obstante, es importante considerar cómo se define y mide el desempeño, ya que puede evaluarse a través de calificaciones académicas u otros indicadores de logro, tal como señalan Gully et al. (1995) en su investigación. Es decir, la forma en que se conceptualiza y operacionaliza el desempeño puede influir en la magnitud de la relación observada con la cohesión grupal. La evidencia disponible sugiere que una mayor cohesión grupal se asocia de manera moderada con un mejor desempeño. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las diferentes formas de definir y evaluar el desempeño para comprender adecuadamente esta relación (Beal et al., 2003; Gully et al., 1995).
En el estudio realizado por Fernández (2021) se aplicó el cuestionario GEQ a 39 estudiantes en dos momentos, midiendo la evolución de la cohesión grupal y el rendimiento académico, y luego se determinaron las asociaciones mediante análisis estadísticos, se midió cuatro dimensiones de cohesión -atracción individual/grupal e integración en la tarea/lo social- según Carron et al. (1985), y los resultados validaron la perspectiva multidimensional, evidenciando vínculos positivos significativos entre cada dimensión y el desempeño académico. Se concluyó que promover sistemáticamente la cohesión grupal a través de diseños experimentales valida sus beneficios en el rendimiento académico, y es necesario considerar factores socioculturales para comprender esta dinámica.
Los estudios han demostrado que la cohesión grupal puede tener un impacto positivo en los indicadores de éxito académico, como la asistencia, la retención y el rendimiento, tal como se demuestra en el estudio de Thornton et al. (2020), "The impact of group cohesion on key success measures in higher education". Este estudio tuvo como objetivo examinar si la cohesión grupal se relacionaba con marcadores de éxito estudiantil en clases de educación superior en tres universidades inglesas. Los hallazgos del estudio demostraron que existía una relación positiva entre la cohesión grupal percibida por los estudiantes y diversos marcadores de éxito académico.
El artículo de Torralbas y Batista (2020) exploró la relación entre procesos de inclusión-exclusión educativa, cohesión grupal y rendimiento académico de estudiantes. Partiendo de que la inclusión/exclusión impactan la dinámica grupal, analizó cómo se manifiestan en el aula y cómo influyen en la cohesión grupal y, a su vez, en los resultados escolares. Los hallazgos revelaron que la inclusión/exclusión tienen un efecto significativo en la cohesión, reflejándose posteriormente en el desempeño. Concluyeron que comprender estas articulaciones es clave para diseñar estrategias de inclusión que promuevan el aprendizaje de todos.
Por su parte, el estudio de Bulgaru (2014) exploró la relación entre cohesión grupal y desempeño en 20 estudiantes de 8o grado. Los resultados mostraron que promover lazos de afinidad entre compañeros fomenta la cohesión grupal y reduce el abandono, además de que al estimular la comunicación efectiva se desarrollan habilidades de cooperación. Si bien halló un incremento en calificaciones, otros autores sugieren que este logro no es del grupo en su totalidad. En conjunto, estas investigaciones analizan los vínculos positivos entre integración grupal y rendimiento educativo.
En este contexto, en necesario indagar ¿Qué impacto tiene la cohesión grupal en el rendimiento académico de los estudiantes del nivel Técnico Superior Universitario (TSU)?, el objetivo del presente estudio es indagar el impacto que tiene la cohesión grupal en el rendimiento académico de los estudiantes del nivel TSU, Hi La cohesión grupal impacta de manera positiva en el rendimiento académico de los estudiantes del nivel TSU.
Materiales y Métodos
El presente estudio explora la relación entre la cohesión grupal y el rendimiento académico de estudiantes del tercer cuatrimestre del programa TSU en Mecatrónica de la Universidad Tecnológica de Querétaro, en el periodo de mayo a agosto del 2022. Se adoptó un enfoque cuantitativo con diseño cuasiexperimental de alcance correlacional, al ser un estudio correlacional no permite establecer causalidad entre las variables. Solo proporciona evidencia de la dirección y magnitud de la asociación entre cohesión grupal y rendimiento. Participaron 39 estudiantes de 19 a 25 años de edad, divididos en grupo de intervención (n=19) y grupo control (n=20). La medición se realizó antes y después de la intervención mediante el cuestionario GEQ de Carron et al. (1985) para cohesión grupal, y registros académicos para rendimiento. La intervención consistió en 15 sesiones semanales de 1 hora de actividades lúdicas grupales a cargo del investigador, siguiendo postulados de autores como Deci y Ryan (1985). Las actividades buscaron fomentar la integración grupal que son adecuadas para favorecer la integración y crear un ambiente acogedor y propiciar el desarrollo de habilidades, juegos de integración grupal, que son los adecuados para facilitar la adaptación de los estudiantes a la vida universitaria y fortalece los vínculos entre ellos, de comunicación, de colaboración y de cooperación, las cuales desarrollan habilidades interpersonales, fomentan el trabajo en equipo y promueven un ambiente más positivo y cohesionado, resaltando que todas esta actividades desarrollan habilidades fundamentales para el éxito académico, personal y el desarrollo de habilidades en el grupo de intervención, mientras que para el grupo control por obviedad no recibió tratamiento.
Para conocer la cohesión grupal se aplicó el test Cuestionario de Ambiente de Grupo (Group Enviroment Questionnaire, GEQ) formulado por Carron et al. (1985), que consta de 18 ítems, donde los estudiantes debían marcar su acuerdo o desacuerdo. El GEQ, es un instrumento ampliamente utilizado para medir de manera general la cohesión de grupo que consta de cuatro factores principales: Atracción Individual al Grupo-Tarea (ATG-T): mide cuánto se sienten los miembros atraídos al grupo en relación a las tareas. Atracción Individual al Grupo-Social (ATG-S): calcula cuánto percibe el grupo que están unidos y motivados para lograr los objetivos. Integración de Grupo-Tarea (GI-T): evalúa el grado en que el grupo en conjunto se percibe unido y motivado para lograr los objetivos y tareas del grupo. Integración de Grupo-Social (GI-S): mide cuánto percibe el grupo que están unidos a nivel social y personal. Los primeros dos factores (ATG): miden la atracción individual al grupo, mientras que los últimos dos (GI) miden la integración y percepción del grupo como un todo.
Por otro lado, como indicador de rendimiento académico se considerará el promedio acumulado en notas de los estudiantes, para recolectar la información sobre el rendimiento académico de los estudiantes que participaron en la investigación la institución brindó los datos al finalizar el cuatrimestre, el instrumento de información fue la plataforma institucional, LIZARD UTEQ (matriz), la cual arroja todas las calificaciones de las asignaturas con datos numéricos de entre 8 y 10, la obtención de la información fue a través de los tutores grupales asignados previamente por la institución.
Los datos se procesaron en SPSS mediante prueba t de Student para comparar cohesión grupal pre-post, y correlación de Pearson para explorar la relación con rendimiento académico, expresado como promedio obtenido, ambas pruebas con un nivel de confianza del 95%, se hipotetiza que una mayor cohesión grupal estará positivamente relacionada con un mejor rendimiento académico. Los resultados permitirán inferir acerca de la influencia de la integración grupal en el aprendizaje universitario.
Resultados
En la tabla 1. En el análisis realizado en el Grupo de Intervención se muestra que después de la aplicación de la intervención, los participantes obtuvieron mejores resultados en las cuatro variables medidas (ATGS, ATGT, GIT y GIS) en comparación con las mediciones previas a la intervención. Específicamente, se encontró que en todos los casos la media de las diferencias entre las mediciones antes (Pre) y después (Pos) de la intervención fue negativa, lo que indica que el promedio de los puntajes Pos fue mayor que el promedio de los puntajes Pre (-2.611, -7.889, -9.611, -13.444). Estas diferencias fueron estadísticamente significativas, es decir, es muy poco probable que se deban al azar. Además, los intervalos de confianza de las diferencias no incluyeron el cero, lo que refuerza que estos cambios fueron significativos. La variable que mostró la mayor diferencia promedio antes-después fue GIS (-13.444), seguida de GIT (-9.611) y ATGT (-7.889).
Por otro lado, en el Grupo de Control, los resultados no fueron tan consistentes. En los pares 1 y 3 (ATGS y GIT), la media de diferencias fue positiva (1.368, 1.526), indicando que el promedio Pos fue menor que el Pre. En el par 2 (ATGT) no hubo mucha diferencia (-.211). Y en el par 4 (GIS) la media fue negativa (-3.000), lo que indica que el promedio Pos fue mayor que el promedio Pre. Solamente las diferencias de los pares 1 y 3 (ATGS y GIT) fueron estadísticamente significativas. En general, no se apreciaron cambios consistentes en el Grupo de Control, a diferencia del Grupo de Intervención donde todas las variables mejoraron significativamente. Por lo tanto, en el Grupo de Control no hubo un efecto claro ya que solo, 2 de las 4 variables mostraron mejoras en las mediciones posteriores, a diferencia de lo observado en el Grupo de Intervención.
En la tabla anterior se analizó los resultados de la correlación entre los componentes del test de cohesión grupal aplicado (GI_Pos) y las calificaciones obtenidas por los estudiantes (GI_Pos_Rendimiento académico) después de la intervención, para determinar si existe una relación entre la cohesión grupal y el rendimiento académico. En la tabla de correlaciones se aprecia que sólo la correlación de Pearson entre GI_Pos_ATGS (Atracción individual al grupo social) y las calificaciones es estadísticamente significativa, con un valor de r=.298 y un nivel de significación de .229. Esto indicaría que, a mayor nivel de atracción individual al grupo en un sentido social, mayor sería el rendimiento académico de los estudiantes, aunque la correlación es débil. El resto de componentes (ATGT, GIT y GIS) no muestran correlaciones significativas con las calificaciones, con valores de r que van desde .173 a .091 y niveles de significación superiores a .05. Por lo tanto, se podría determinar que sólo el componente de Atracción Individual al Grupo-Social de la cohesión grupal parece influir débilmente en el rendimiento académico de los estudiantes después de la intervención. Los otros componentes no parecen guardar una relación estadísticamente significativa.
Con respecto al grupo de control, en la tabla 3 se aprecia que ninguno de los componentes (ATGS, ATGT, GIT, GIS) muestra correlaciones estadísticamente significativas con las calificaciones, ya que todos los valores de significación bilateral son superiores a 0.05. Los valores de r van desde -0.222 hasta 0.243. Esto indicaría que, para este grupo de estudiantes con educación tradicional, los diferentes aspectos de la cohesión grupal medidos como la atracción individual al grupo social y a la tarea, así como la integración grupal, no guardan una relación estadísticamente significativa con el rendimiento académico. Se podría considerar, por lo tanto, que a diferencia de otros contextos educativos como el grupo intervenido previamente, en el caso de una educación más tradicional la cohesión grupal tal y como ha sido medida no parece influir en el desempeño escolar de los estudiantes. Sería necesario analizar otros factores.
Discusión
Los resultados encontrados en la cohesión grupal en el grupo de intervención muestran cambios positivos en la cohesión grupal, lo cual concuerda con las teorías discutidas; por un lado, Lewin (1988) señala que "la cohesión representa las fuerzas que unen a los miembros hacia metas comunes" (p.165), apoyando la interpretación sistémica dada. Este enfoque sistémico es coherente con que, la intervención mejorará dimensiones como la integración tarea/social (GIT, GIS), y una conexión grupal más articulada. Por otro lado, Tuckman (1965) d describe que en la etapa de "formación" se busca "desarrollar normas de interacción [...] a través del conflicto y la integración de roles..." (p.386), concordando con los cambios encontrados en la atracción al grupo-tarea/social (ATGT, ATGS) tras la intervención. Finalmente, estudios como los de Beal et al. (2003), Fernández (2021) y Thornton et al. (2020) refuerzan la relación positiva hallada entre una mayor cohesión grupal y un mejor desempeño académico, el cual pudo medirse a través de indicadores específicos. Los anteriores autores refuerzan la validez de los datos y su coherencia con los marcos conceptuales analizados.
Los resultados encontrados de la cohesión grupal en el Grupo de Control en comparación con el de Intervención permiten discutir los enfoques teóricos analizados. Desde la perspectiva de Lewin (1988), en el GC no se evidenciaron cambios sistémicos profundos, posiblemente al no trabajar hacia metas comunes valoradas. Su Teoría de Campo implica que algún tipo de intervención es necesaria para modificar la dinámica grupal. El modelo de etapas de Tuckman (1965) tampoco parece aplicarse, dado que no se aprecia un progreso consistente hacia mayores niveles de cohesión a través de sus fases, posiblemente la ausencia de alguna actividad coordinada dificultó este proceso de desarrollo.
En contraste con Bollen y Hoyle (1990), las dimensiones afectiva y motivacional no fueron claramente impactadas, limitando las posibilidades de fortalecimiento del vínculo grupal. Finalmente, estudios como los de Fernández (2021) y Thornton et al. (2020) relacionan mejoras en indicadores de desempeño con aumentos en cohesión grupal, lo cual no se refleja taxativamente en el GC. Posiblemente la falta de una intervención sistemática no permitió en el GC replicar los efectos positivos encontrados en el GI y previstos por las teorías de Lewin, Tuckman y otros autores. Estos autores remarcan la importancia de diseños experimentales bien fundamentados.
La investigación llevada a cabo permitió analizar la relación entre cohesión grupal y rendimiento académico desde dos perspectivas contrastadas: por un lado, se observó el grupo de intervención donde se aplicaron diversas actividades coordinadas tendientes a fortalecer los vínculos entre los estudiantes y sus metas educativas de manera conjunta; por otro lado, se tomó como control un grupo con modalidad educativa más tradicional y falta de coordinación sistemática en su dinámica.
Los resultados de la investigación concuerdan con distintas perspectivas teóricas sobre la relación entre cohesión grupal y rendimiento académico. A la luz de Lewin (1988), se observa que trabajar de forma cohesionada hacia metas comunes valoradas por el grupo (como los aprendizajes académicos) produce cambios en la dinámica grupal que repercuten favorablemente en el desempeño. Esto coincide con las mejoras significativas halladas en el GI. Asimismo, el modelo de etapas de Tuckman (1965) se ve reflejado en que una vez avanzado el equipo hacia niveles superiores de cohesión, se ve un impacto en el logro educativo, como sugiere la correlación significativa encontrada entre ATGS y calificaciones. Los aportes de Bollen y Hoyle (1990) coinciden en evidenciar una dimensión afectiva importante en esta relación, cual es la ATGS. Estudios como los de Fernández (2021), Thornton et al. (2020) y Bulgaru (2015) denotan vínculos positivos entre cohesión grupal y rendimiento, constatados aquí débilmente a nivel de ATGS.
Los resultados obtenidos evidenciaron que, coherentemente con lo planteado por teóricos como Lewin, Tuckman, Bollen y Hoyle, sólo en el grupo de intervención se pudo establecer una correlación significativa entre algunos componentes de la cohesión grupal medida, particularmente la atracción individual al grupo en un aspecto social, y los indicadores de desempeño escolar cuantificados a través de las calificaciones obtenidas. Este hallazgo denota que crear las condiciones propicias para el desarrollo de vínculos colectivos en pos de objetivos comunes valorados, como se logró a través de las actividades implementadas, tuvo un impacto positivo en el rendimiento académico tal como sugieren diversos estudios previos.
Por el contrario, en el grupo de control donde no se realizó intervención para dinamizar procesos grupales y coordinar acciones, no se evidenciaron correlaciones significativas entre la cohesión y las notas, lo cual coincide con que las teorías analizadas requieren de un trabajo en equipo sólido y colaborativo para que se den efectos positivos en el desempeño. Estos resultados resaltan, por lo tanto, la relevancia del diseño experimental en la investigación social aplicada, al permitir comparar alternativas y constatar empíricamente los aportes teóricos subyacentes.
Como limitaciones en esta discusión, el tamaño muestral reducido dificultó generalizar; también, la medición cuantitativa no permitió profundizar en los procesos grupales, pese a su rigor, dejó fuera aspectos cualitativos que enriquecen la comprensión de los fenómenos grupales estudiados. Futuros estudios podrían incluir observaciones cualitativas que maticen estos resultados.
Conclusión
De acuerdo al análisis presentado, se puede llegar a las siguientes conclusiones:
Primero, los resultados del Grupo de Intervención concuerdan con teorías que vinculan trabajar de manera cohesionada hacia metas comunes con mejoras en la dinámica y desempeño académico. Se observaron aumentos significativos en las mediciones pos-intervención para las cuatro variables estudiadas, validando enfoques como el de Lewin.
En segundo lugar, el modelo de etapas de Tuckman parece replicarse, al vincularse un mayor desarrollo cohesivo -específicamente en ATGS- con un impacto positivo en el logro educativo, denotado por la correlación entre ambos aspectos.
Tercero, la evidencia contribuye a la conceptualización multidimensional de la cohesión de autores como Bollen y Hoyle, particularmente reconociendo la relevancia de la vinculación afectiva.
Cuarto, estudios previos que relacionan cohesión grupal y desempeño académicos se ven reflejados al menos débilmente en la relación ATGS-rendimiento académico.
Por último, la comparación con el Grupo de Control sustenta la hipótesis de que promover sistemáticamente la cohesión grupal mediante diseños experimentales valida teóricamente los beneficios en procesos y resultados grupales.
Si bien la cohesión grupal parece tener un impacto positivo en el aprendizaje, no debemos restarle importancia con otros elementos del contexto educativo. Un enfoque integral que considere los diversos niveles de influencia (individual, interpersonal e institucional) podría arrojar mayores beneficios para elevar el rendimiento académico
Futuras Líneas posibles de investigación
Explorar la relación entre la cohesión grupal y el rendimiento académico en una muestra más significativa de estudiantes: sería importante replicar el estudio con una muestra más grande para evaluar esta dinámica con mayor potencia y diversas para determinar si la asociación positiva entre cohesión grupal y rendimiento académico se mantiene.
Investigar la relación entre la cohesión grupal y el rendimiento académico en el grupo de control: sería valioso ahondar en este hallazgo de investigación inesperado y comprender qué otras variables podrían estar mediando esta relación.
Investigar qué factores específicos (motivación individual, habilidades de los estudiantes, calidad de la enseñanza, etc.) o grupales (liderazgo, comunicación, resolución de conflictos, etcétera) pueden relacionarse, moderar o mediar la relación entre cohesión grupal y rendimiento académico.
Explorar cómo las características de la población, el contexto educativo y las estrategias de intervención utilizadas pueden haber influido en los resultados.
Utilizar tanto métodos cuantitativos como cualitativos (entrevistas, observaciones, grupos focales, etc.) para profundizar en la comprensión de la relación entre cohesión grupal y rendimiento académico.
Realizar estudios longitudinales para analizar la evolución de la cohesión grupal y su impacto en el desempeño a lo largo del tiempo.
Resumen
Introducción
Materiales y Métodos
Resultados
Discusión
Conclusión
Futuras Líneas posibles de investigación